Presupuestos que Realmente Funcionan para Tu Negocio
Después de trabajar con más de cien empresas en Barcelona, hemos aprendido algo importante: los presupuestos tradicionales raramente reflejan cómo funciona un negocio de verdad. Por eso creamos este programa — para enseñarte a construir presupuestos basados en actividades reales, no en hojas de cálculo heredadas de hace cinco años.
Empieza en Octubre 2025
Cómo Funciona el Programa
Seis meses de formación práctica donde construyes presupuestos reales para tu empresa o proyecto. Empezamos en octubre de 2025 con grupos reducidos de máximo doce participantes.
Análisis de Actividades
Identificamos qué hace realmente tu empresa. No hablamos de departamentos ni categorías abstractas. Miramos procesos concretos: desde cómo gestionas pedidos hasta cómo produces y entregas.
Asignación de Recursos
Conectamos cada euro gastado con una actividad específica. Algunas empresas descubren que el 40% de su presupuesto va a actividades que podrían simplificarse o eliminarse.
Implementación Gradual
No intentamos cambiar todo de golpe. Empiezas con un departamento o proceso, pruebas el sistema durante dos meses, ajustas lo que no funciona, y luego expandes.
Problemas Comunes que Resolvemos
Presupuestos que Nadie Entiende
Tu equipo de producción no entiende por qué tienen menos presupuesto este trimestre. Los números no conectan con su trabajo diario. Te enseñamos a crear presupuestos que hablan el idioma de cada departamento.
Gastos Ocultos que Sorprenden
Cada trimestre aparecen gastos que no estaban contemplados. El problema no es la sorpresa — es que tu sistema de presupuesto no captura cómo funcionan realmente las cosas. Trabajamos con casos reales de tu empresa.
Decisiones sin Información Clara
¿Vale la pena automatizar ese proceso? ¿Deberías externalizar atención al cliente? Sin un presupuesto basado en actividades, estas decisiones son pura intuición. Te damos las herramientas para calcular el impacto real.
Experiencias de Participantes
Empresas que han completado el programa comparten cómo cambió su forma de gestionar presupuestos.
Lo más valioso fue entender dónde íbamos perdiendo dinero sin darnos cuenta. Teníamos un proceso de aprobación que costaba más administrar que el valor que aportaba. En tres meses lo simplificamos y ahorramos unas quince horas semanales del equipo.
Antes justificábamos presupuestos con porcentajes del año anterior. Ahora podemos explicar exactamente por qué necesitamos invertir en una actividad específica. Las conversaciones con el equipo directivo son completamente diferentes — y mucho más productivas.